Los impuestos proporcionales se definen como aquellos cuyo género de gravamen siempre y en todo momento es exactamente el mismo, sin tener en consideración la base imponible, o sea, aplicará el mismo porcentaje. El ejemplo mucho más conocido de los impuestos recesivos es el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) que grava el consumo. Todos los modelos que se adquieren, tal como los servicios que se contratan, tienen dentro un porcentaje de este tributo que se aplica sobre el precio inicial. Este género de impuestos causan bastante rechazo, ya que todas las cosas que adquirimos llevan un impuesto. Pongámonos en la situacion de la compra en un supermercado, donde van a obtener toda clase de personas. En la situacion de obtener una barra de pan, el IVA que paga tanto una persona rica como pobre es exactamente el mismo.
Así que, en resumen, se trata de un género de impuesto que es sin dependencia de los ingresos. Es lo contrario a los impuestos progresivos, que sí tienen en cuenta los capital del contribuyente. Y además de esto, suponen una carga mayor para la gente con bajos capital, ya que la misma proporción de dinero supone un porcentaje mayor frente a los ingresos conseguidos. Da lo mismo cuáles son los capital de un individuo porque estará obligada a pagar exactamente el mismo IVA que su vecino por los mismos modelos o servicios que compra. Es todo lo opuesto al IRPF donde a mayor renta, mayor es la cantidad de dinero con la que el ciudadano debe contribuir al Estado.
El recargo de equivalencia es un régimen particular de IVA que se aplica en operaciones de venta minorista de productos que no pasan por procesos de fabricación o manufactura. Cada año toca rendir cuentas como compañía, primero con el cierre contable y después con el cierre fiscal del ejercicio. Te descubrimos la diferencia entre los dos y algunos trucos para acertar con el segundo. El término parte de los principios que los hábitos de ahorro son íntimamente relacionados al nivel de ingreso y, que el precio de la canasta básica es homogéneo. Como puede observarse, en el segundo caso, la carga es relativamente mayor para el contribuyente.
¿qué Son Los Impuestos Regresivos?
Por suerte, hay formas para eludir que el impuesto golpee dos veces. En consecuencia, se trata de un impuesto que afecta más a la clase media que a la alta ya que no tienen un efecto de redistribución de la riqueza (cuanto más se gana mucho más se paga). Un caso de muestra del comportamiento de un impuesto regresivo es la inflación, el IVA, etcétera. Un impuesto con un tope, por encima del cual no se abonan impuestos.
Pero no solo eso, aquí encontrarás información útil y práctica sobre relaciones laborales, impuestos, posibilidades y mucho más. Hoy vamos a centrarnos en el impuesto regresivo, observaremos su definición y algunos ejemplos de los existentes en el sistema tributario español, en concreto, nos enfocaremos en el estudio del IVA. Para entender por qué este tributo es regresivo debemos tomar en cuenta que los ciudadanos que ganan menos están obligados a gastar una mayor una parte de su sueldo, primordialmente en bienes de primer necesidad como alimentos.
¿De Qué Forma Influyen Los Impuestos Regresivos En Los Impositores?
El conocimiento financiero es fundamental para tu prosperidad económica y personal. Efectivamente, tomando presente esa exoneración se puede afirmar, por lo menos, que el IVA en Perú no es del todo regresivo.
Estos impuestos también se piensan regresivos, ya que gravan exactamente la misma cantidad para todas la gente. Con los impuestos progresivos el género de tasa irá incrementando cuanto mayor sea la capacidad económica del contribuyente obligado al pago, justo lo opuesto al impuesto proporcional. En otras palabras, puede decirse que la regresividad se traduce en una menor recaudación de las ganancias cuanto más gana un individuo.
En el supuesto de los impuestos progresivos, el efecto que se consigue es el opuesto. O sea, las personas que ganan más y que tienen un patrimonio mayor están obligadas a abonar a la Agencia Tributaria una cuantía proporcional. Un ejemplo de esto es el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) que grava las ganancias obtenidas durante el año previo. Al contrario de lo que ocurre en este caso, los impuestos recesivos tienen la posibilidad de llegar a agravar las desigualdades sociales. Un impuesto regresivo es lo opuesto al impuesto progresivo, esto es, recauda un menor porcentaje de ingresos a medida que la cantidad de ingresos del contribuyente sea mayor. Esto quiere decir que las personas con las rentas mucho más bajas tendrán una mayor carga.
Diferencia Entre Impuestos Regresivos Y Progresivos
Por consiguiente, no tienen un efecto de redistribución de la riqueza. Por contra, si son muy altos pueden acentuar la desigualdad en una sociedad. Los impuestos recesivos no tienen ningún efecto sobre la redistribución de la riqueza. Es más, cuanto más elevado sean los impuestos regresivos mucho más contribuirán a la desigualdad social, ya que, estos representan mayor carga para los pobres que para los ricos. ] el resultado es que los productos se venderán a un precio más alto que en un sistema de libre mercado.
La medida puede aplicarse a impuestos individuales o al sistema fiscal en su grupo; un año, varios años o para toda la vida. Los impuestos regresivos son un género de gravamen muy generalizado en el sistema fiscal español. De la misma los progresivos, varían según los ingresos de los contribuyentes, aunque de diferente forma. Ahora, enseñamos cómo marchan y cuáles son los mucho más conocidos. También, hay que recordar que hay otro género de impuestos que son los llamados impuestos destacables, como el impuesto sobre el alcohol y bebidas derivadas, sobre hidrocarburos, sobre trabajos del tabaco, sobre el carbón, electricidad, etc.
Esto se traduce en una mayor carga impositiva en los humanos que tienen un nivel económico mucho más bajo. El ejemplo mucho más claro es el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) que se sitúa en el radical opuesto de los impuestos progresivos. Los impuestos recesivos son iguales para todo el conjunto de la población, con independencia del patrimonio o los capital que tenga cada ciudadano. Por ello, no afectan de igual forma a todos y cada uno de los contribuyentes, puesto que no se tiene en cuenta la capacidad económica individual cuando se aplica este género de tributos.
Si compras en un supermercado sabes que allí asisten a obtener tanto personas con altos ingresos como con bajos ingresos, donde un ciudadano con bajos capital que compre una botella de agua le va a costar lo mismo que a un ciudadano con altos ingresos. Como podemos revisar en el segundo caso, el impuesto va a tener una mayor carga sobre el ciudadano que gana menos dinero. Si investigamos y hacemos ciertos cálculos fáciles no es difícil caer en la cuenta que los mucho más desfavorecidos económicamente saldrán perjudicados con esta clase de impuestos. Para procurar la igualdad del sistema de recaudación, los gobiernos se ven obligados a no incluir únicamente tributos recesivos. Por ello existe, por ejemplo, el impuesto a las sociedades que se calcula directamente sobre las utilidades de la compañía.